Recientemente un ministro de Educación del cual logro
pocas veces acordar su nombre dijo que uno de los elementos más importantes
del sistema educativo venezolano eran los docentes.
Y es que el hecho educativo, desde el pedagógico hasta
la administración de las instituciones educativas depende en gran del docente
y de la motivación que tenga para hacer del proceso educativo una
acción agradable, activa, participativa, integral, sino también a modo más
general, ser la punta de lanza del desarrollo del país.
La motivación es toda fuerza que permite
moverte para lograr un fin; es fuego que sale de las cenizas,
es el agua en el desierto, es vida en mortandad. Visto de esta
manera, la motivación es factor determinante, indispensable para la
educación. Que haya un objetivo para alcanzar: Proponerse una meta es muy
importante para lograr una motivación adecuada. Quien se trace un objetivo
siempre hallará motivación necesaria
Pero para que haya motivación, necesario es que
algunos elementos estén presentes, tanto en lo interno como externo de un
individuo o una sociedad. En nuestro caso, el educador venezolano está
sufriendo una de las peores crisis económicas de los últimos 50 años. El sueldo
del educador solo alcanza literalmente para 3 días y esto indudablemente
afecta de forma considerable su rendimiento laboral.
Cuando un docente siente que su salario es igual
o menor al de tantos trabajadores que no tienen tamaña responsabilidad, se
siente menospreciado, sin reconocimiento, sin valoración. Es así
como la profesión docente se ha convertido en la cenicienta de las
profesiones. En los taxis, las calles, los medios, las reuniones familiares, se
asume la profesión docente como la menos valorada de las carrera universitaria.
En este sentido hemos visto como la tarea de
muchos directores regionales y municipales de educación ha sido la de
atentar y afectar directamente al valor que tiene el docente sobre su
profesión. Esto se nota en la forma como se arrincona y prácticamente se coloca
entre la espada y la pared al docente, a través del terrorismo psicológico,
político y laboral. Las promulgadas resoluciones y circulares no atienden al
hecho educativo como tal, sino al cercenamiento de la profesión docente a
través de los Consejos Educativo y Presidenciales donde la vinculación política
es el requisito indispensable para el logro de los objetivos escolares. La
palabra “LINEAMIENTO” se repite cual rosario de novenario para
bloquear cualquier pensamiento contrario o de corte liberal.
Es así como el docente vive una constante zozobra y
presión psicológica que le impide ir más allá del hecho del hecho
laboral, capaz de transformar la realidad educativa y social de su ámbito
de trabajo. De allí que la presión a lograr transformaciones ha sido la
principal barrera para lograrlo; el docente actual en su mayoría, no está
ganado para el ejercicio de educadores, tanto en función docente, como
directivo. Casi se actúa como por inercia, lo cual produce inmovilismo.
¿Quién motiva al motivador? Sin lugar a dudas se hace
necesario levantar cabeza y decir que si se puede, que somos capaces, que hay
posibilidad de un mejor mañana, que todavía deseamos oler la boca del
niño que huele a caramelo, a arepa con mantequilla, a huevo frito. Solo
que hasta ahora, nuestro gobierno nacional no ha querido
hacerlo.
El país está atravesando por una de su más difíciles crisis económica, política y por ende, social. Pero son los(as) docentes quienes han marcando un hito en la Historia de Venezuela, escrita o escribiéndose,como los(as) venezolanos(as) más comprometidos con el fortalecimiento, para bien, de las generaciones que hoy, al igual que ayer, son la esperanza futura para el engrandecimiento de la Patria. En ninguna lista de corruptos(as), cualquiera que sea el ordinal de la República, la figura del docente está manchada por la corrupción; entonces, ¿por qué se nos exige sacrificios, a riesgo de la desmejora de la calidad de vida de los nuestros y de la propia, impidiendo que con el ingreso, producto del ejercicio de la profesión, cubramos con dignidad las necesidades? No somos culpables ni por esta crisis ni por las anteriores, y Dios libre, tampoco por alguna en el futuro.
ResponderEliminarEl país está atravesando por una de su más difíciles crisis económica, política y por ende, social. Pero son los(as) docentes quienes han marcando un hito en la Historia de Venezuela, escrita o escribiéndose,como los(as) venezolanos(as) más comprometidos con el fortalecimiento, para bien, de las generaciones que hoy, al igual que ayer, son la esperanza futura para el engrandecimiento de la Patria. En ninguna lista de corruptos(as), cualquiera que sea el ordinal de la República, la figura del docente está manchada por la corrupción; entonces, ¿por qué se nos exige sacrificios, a riesgo de la desmejora de la calidad de vida de los nuestros y de la propia, impidiendo que con el ingreso, producto del ejercicio de la profesión, cubramos con dignidad las necesidades? No somos culpables ni por esta crisis ni por las anteriores, y Dios libre, tampoco por alguna en el futuro.
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