Los venezolanos,
propio de nuestra idiosincrasia, vivimos una especie de vida novelada donde cada
día la trama se vuelve más enredada,
donde el malo no se cansa de hacer todo lo posible para que la protagonista
surja de su estado de pobreza, o de alcanzar a tener su amor eterno. Y como en
las novelas, engaña, miente, mete en la cárcel, compra jueces, se alía con
matones para asesinar, si es posible a la bella y pobre damisela. Igualmente
cuando pensamos que el malo o la mala están a punto de ser descubiertos y
llegar al desenlace final, aparece con una nueva estrategia que le permite
sobrevivir unos capítulos más.
Fue así cuando parecía que Maduro estaba vencido, sin apoyo nacional e internacional, se saca la carta debajo de la manga, la Constituyente, desvía la atención, reparte premio y asciende a los matones de la GNB, aumenta el Salario Mínimo, se inventa 200 mil nuevos empleos, encadena para tratar de engañar a la gente, llama asesinos a los que mueren y a los matones los llama víctimas. Es un guión muy bien hecho.
En este sentido
surge la interrogante: ¿Bastará toda esta propaganda para darle legitimidad y
credibilidad a la Constituyente y en consecuencia, poder reestructurar a su
medida otra vez el Estado venezolano?
1. - Con
respecto a la pregunte ¿Bastará toda esta propaganda para darle credibilidad a
la Constituyente y en consecuencia, poder reestructurar a su medida otra vez el
Estado venezolano? Veamos los números:
(Datos CNE, Proyección nuestra)
Si estos números
se mantienen, o sea 1.455.747 sería la votación del chavismo. Tomando en cuenta
que el registro electoral para este proceso según la funcionaria Tania d´Amelio
es de 19.477.387, esta cifra equivaldría
solo al 7% de la población electoral venezolana.
Las aristas a
tomar en cuenta a favor del gobierno sería, la aplicación más metódica del Plan
Chamba Juvenil, la presión sobre los CLAP, el control del registro electoral y
como consecuencia la alteración de resultados al no tener contraparte en la
elecciones que pueda comprobar la legalidad del proceso. Aún así el gobierno no
podría llegar al 10% de la población electoral total.
En contra tiene
el desgaste del Presidente por ser prácticamente el único que está dando la
cara en esta crisis, el clima de violencia y la represión exagerada, la crítica
del chavismo inconforme, la inflación y la indiferencia e incredulidad de la
gente ante el llamado a la Constituyente. Esto le quitaría mínimo un 15% de los
votos. Podríamos decir que lo que le suma uno le quita el otro.
Como elemento
indeterminado está el aumento salarial y Cesta Ticket, lo cual es percibido
más como
disparador inflacionario que como paleador del salario de los
trabajadores. Será cuestión de cómo use el gobierno este elemento a su favor.
En conclusión,
si se da la elección para elegir diputados a la Asamblea Nacional
Constituyente, ésta sería elegida con menos del 10% del Registro Electoral y
sobre ese escenario el gobierno tendría la credibilidad perdida y sería el
último detonante que faltaba para su progresión en el poder.
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